Las casas y los front yards permanecen en vigilia contínua, guardando un silencio senil. El joven camina, mente en blanco, hasta que un ladrido canino irrumpe el plano sonoro. Levanta la mirada hacia el lado opuesto de la calle y divisa al can. Con una correa de por medio, mira a una joven de gabardina a quien él
mira por unos segundos... por un rato
¿por cuánto tiempo?
la mira un momento
¿?
o mejor dicho, dos momentos
vuelveensíysedacuentaquehallegadoasudestinoyquelajovendesaparecelentaorápidamentedetrasdelaesquinaconsuperro.
Nunca cruza por su mente que años después, va a encontrarse de nuevo con esa mujer a la cual vio ese día de otoño, en esa calle de Alexandria, a esa hora del día, a miles de kilómetros de casa.
Pero eso es otra historia...
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'La ficción es más real de lo que aparenta'
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